44. En aquellos tiempos se nombró encargados que vigilaran las bodegas en que se almacenaban las contribuciones, las primicias y los diezmos. En ellas debían recoger de las diversas ciudades del territorio las porciones que la Ley otorga a los sacerdotes y a los levitas, pues la gente de Judá estaba feliz al ver a los sacerdotes y levitas en sus funciones.





“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina