9. El que se quede en esta ciudad morirá a espada, de hambre y de peste; en cambio, el que salga y se rinda a los caldeos, sus sitiadores, vivirá: salvará su vida por lo menos.





“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina