20. Al tercer día era el cumpleaños de Faraón, y dio un banquete a todos sus servidores. Y cuando estuvo con ellos, se acordó del jefe de los que preparaban las bebidas y del jefe de los panaderos.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina