22. había un altar de madera de tres codos de alto; su largo y su ancho eran de dos codos. Tenía piezas angulares y sus adornos eran de madera. El hombre me dijo: "Esta es la mesa que está ante Yavé".





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina