12. Extranjeros, los sepultureros de los pueblos, lo cortaron: lo echaron abajo en la montaña y sus ramas cayeron en todos los valles. Se quebraron en el fondo de los barrancos; todos los pueblos de la tierra se retiraron de su sombra y lo abandonaron.





“O amor e o temor devem sempre andar juntos. O temor sem amor torna-se covardia. São Padre Pio de Pietrelcina