Ezequiel, 16
5. Nadie tuvo compasión de ti, nadie te cuidó, ni siquiera por piedad; el día en que viniste al mundo, a nadie interesabas y te dejaron en el suelo en medio del campo.
5. Nadie tuvo compasión de ti, nadie te cuidó, ni siquiera por piedad; el día en que viniste al mundo, a nadie interesabas y te dejaron en el suelo en medio del campo.
“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina