22. Tomen un manojo de hisopo mojado con la sangre y marquen los dos postes y la parte superior de la puerta. Y luego ninguno de ustedes saldrá de su casa hasta la mañana.





“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina