18. Trajeron una piedra y la colocaron a la entrada del foso. El rey la selló con su anillo y con el anillo de sus dignatarios, para que la suerte de Daniel no pudiera cambiarse.





“Reze pelos infiéis, pelos fervorosos, pelo Papa e por todas as necessidades espirituais e temporais da Santa Igreja, nossa terna mãe. E faça uma oração especial por todos os que trabalham para a salvação das almas e para a glória do nosso Pai celeste.” São Padre Pio de Pietrelcina