2. Estos malvados, que habían querido oprimir al pueblo santo, yacían prisioneros de las tinieblas y encadenados por una larga noche, encerrados bajo sus techos, excluidos de tu eterna providencia.





“Viva feliz. Sirva ao Senhor alegremente e com o espírito despreocupado.” São Padre Pio de Pietrelcina