Sabiduría, 13
14. O le da figura de un vil animal, tapa sus defectos con masilla y lo pinta de rojo.
14. O le da figura de un vil animal, tapa sus defectos con masilla y lo pinta de rojo.
El Capítulo 13 del Libro de Sabiduría aborda la tontería de la idolatría y cómo se opone a la adoración del Dios verdadero. El autor señala que la naturaleza es una evidencia clara de la existencia de un creador y que aquellos que recurren a los ídolos están cometiendo un grave error. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas abordados en Sabiduría 13:
Éxodo 20:3 - "No tendrás otros dioses delante de mí". Este es el primero de los diez mandamientos dados por Dios a Moisés en el Monte Sinaí, que prohíbe la idolatría y enfatiza la exclusividad de la adoración al Señor.
Isaías 44:9 - "Aquellos que modelan ídolos no son todos ellos, y sus cosas más queridas no se aprovechan de nada. Se presencian a sí mismos que no ven o entienden, para que se avergüencen". Este versículo condena la práctica de crear ídolos y resalta su inutilidad.
Jeremías 10:14 - "Cada hombre es un tonto, sin conocimiento; todo el orfebre está avergonzado por su imagen de escultura, porque sus imágenes de casting son falsedad, y en ellas no hay espíritu". Este versículo enfatiza la tontería de aquellos que confían en los ídolos y los consideran dioses.
Hechos de los Apóstoles 17:24-25 - "El Dios que hizo el mundo y todo en Él, siendo el Señor del Cielo y la Tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es servido por manos humanas, como si fuera necesario algo. , porque él mismo les da vida a todos, su aliento y todas las cosas ". Este versículo destaca la superioridad del Dios verdadero en relación con los dioses falsos creados por los hombres.
1 Corintios 8:4 - "Por lo tanto, como para comer ídolos sacrificados a los ídolos, sabemos que" un ídolo no es nada en el mundo "y que" no hay otro Dios sino uno ". Este versículo enfatiza la importancia de reconocer la inutilidad de los ídolos y la adoración solo para el Dios verdadero.
“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina
