Proverbios, 23
32. Pero luego acaba por morder como serpiente y pica como una víbora.
32. Pero luego acaba por morder como serpiente y pica como una víbora.
El Capítulo 23 del libro de Proverbios trata de la importancia de la disciplina, la moderación en los alimentos y el cuidado de la mala compañía. Proverbios 23:4-5 advierte sobre la inutilidad de buscar riqueza y la importancia de mantener el enfoque en las cosas más importantes. Proverbios 23:13-14 destaca la importancia de la disciplina y la corrección, mientras que Proverbios 23:20-21 advierte sobre los peligros del exceso en el alcohol y las malas empresas. Finalmente, Proverbios 23:22-25 enfatiza la importancia del respeto por los padres y la apreciación de la sabiduría.
Proverbios 22:6: "Enseña al niño en el camino donde debe caminar, e incluso cuando sea viejo no se desviará de él". Este versículo destaca la importancia de la disciplina y la corrección, así como los proverbios 23:13-14.
1 Corintios 6:12: "Todas las cosas son legales para mí, pero no todas las cosas son convenientes; todas las cosas son legales para mí, pero no estaré dominada por ninguna". Este verso advierte sobre la importancia de la moderación y el autocontrol, así como los proverbios 23:1-3 y 23:20-21.
Proverbios 1:10: "Mi hijo, si los pecadores buscan seducirte, no el consentimiento". Este verso advierte sobre los peligros de la mala compañía, así como los proverbios 23:20-21.
Efesios 6:1-3: "Niños, obedecen a sus padres en el Señor, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre (quien es el primer mandamiento con promesa), que puedes estar bien y ser una larga vida en la tierra " Este versículo enfatiza la importancia del respeto por los padres, así como los proverbios 23:22-25.
Colosenses 3:23-24: "Y lo que sea que hagas, hazlo con todo tu corazón, en cuanto al Señor y no a los hombres, sabiendo que recibirás la herencia como recompensa. Este versículo destaca la importancia de centrarse en las cosas más importantes, así como los proverbios 23:4-5.
“A natureza humana também quer a sua parte. Até Maria, Mãe de Jesus, que sabia que por meio de Sua morte a humanidade seria redimida, chorou e sofreu – e como sofreu!” São Padre Pio de Pietrelcina
