Nehemías, 4
12. Cada uno de los constructores tenía ceñida a los lomos la espada mientras trabajaba. Y un corneta estaba siempre a mi lado.
12. Cada uno de los constructores tenía ceñida a los lomos la espada mientras trabajaba. Y un corneta estaba siempre a mi lado.
“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina