15. Ella se levantó, se puso un vestido de gala y sus adornos femeninos. Iba delante su doncella, que extendió en el suelo, junto a Holofernes, las pieles que Bagoas le había entregado para su uso diario, para comer recostada sobre ellas.





“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina