Jeremías, 49
8. Huid, volved la espalda, refugiaos en sitios escondidos, habitantes de Dedán; pues voy a traer sobre Esaú su ruina, la hora de su castigo.
8. Huid, volved la espalda, refugiaos en sitios escondidos, habitantes de Dedán; pues voy a traer sobre Esaú su ruina, la hora de su castigo.
“A oração é a efusão de nosso coração no de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina