30. David subía la pendiente de los olivos; subía llorando, con la cabeza cubierta y los pies descalzos, y todo el pueblo que le acompañaba iba también con la cabeza cubierta y llorando.





“Apóie-se, como faz Nossa Senhora, à cruz de Jesus e nunca lhe faltará conforto”. São Padre Pio de Pietrelcina