24. Después David consoló a Betsabé, su mujer; se unió a ella y le dio un hijo, al que llamó Salomón. El Señor lo amó,





“É sempre necessário ir para a frente, nunca para trás, na vida espiritual. O barco que pára em vez de ir adiante é empurrado para trás pelo vento.” São Padre Pio de Pietrelcina