16. En aquella ocasión Ezequías desguarneció las puertas del santuario del Señor y las columnas que el mismo Ezequías, rey de Judá, había recubierto de oro, y lo entregó al rey de Asiria.





“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina