5. Por ello los ministros y los sátrapas se pusieron a buscar un pretexto para poder acusar a Daniel de algún asunto de la administración del reino; pero no lograban encontrar ningún motivo de censura o falta alguna, porque él era leal y jamás se le pudo acusar de negligencia ni de culpa alguna.





“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina