7. Los israelitas, de vuelta de la matanza, se hicieron dueños del resto; también los de las aldeas y granjas de la montaña y del llano obtuvieron gran botín, porque había una abundancia incalculable.





“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina