II Macabeos, 15
18. En verdad que el cuidado por sus mujeres e hijos, por sus hermanos y parientes quedaba en segundo término; el primero y principal era por el Templo consagrado.
18. En verdad que el cuidado por sus mujeres e hijos, por sus hermanos y parientes quedaba en segundo término; el primero y principal era por el Templo consagrado.
Jesus lhe quer bem, da maneira que só Ele sabe amar.” São Padre Pio de Pietrelcina