19. Arrojarán su plata por las calles y su oro se convertirá en inmundicia; ni su plata, ni su oro les podrán salvar el día del enojo de Yahveh. No se saciarán más, no llenarán más su vientre, porque ello era la ocasión de su culpa.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina