1. Tú, hijo de hombre, toma una espada afilada, tómala como navaja de barbero, y pásatela por tu cabeza y tu barba. Luego tomarás una balanza y dividirás en partes lo que hayas cortado.





“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina