14. Yo dije entonces: «¡Ah, Señor Yahveh!, mi alma no está impura. Desde mi infancia hasta el presente jamás he comido bestia muerta o despedazada, ni carne corrompida entró en mi boca.»





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina