12. Asá y las tropas que lo acompañaban, los persiguieron hasta Guerar. Cayeron tantos etíopes que no quedó ningún sobreviviente, porque quedaron destrozados delante del Señor y de su campamento. Los hombres de Judá recogieron un enorme botín.





“Pode-se manter a paz de espírito mesmo no meio das tempestades da vida”. São Padre Pio de Pietrelcina