Found 1754 Results for: uno

  • El saludo es de mi puño y letra: Pablo. Acordaos de que estoy en la cárcel. Que la gracia de Dios esté con vosotros. (Colosenses 4, 18)

  • Hermanos, recordad nuestros trabajos y fatigas; cómo trabajábamos día y noche para no ser gravosos a ninguno de vosotros mientras os anunciábamos el evangelio de Dios. (I Tesalonicenses 2, 9)

  • Bien sabéis que hemos sido para cada uno de vosotros como un padre para sus hijos; (I Tesalonicenses 2, 11)

  • que cada uno de vosotros sepa tratar su propio cuerpo de una manera digna y honesta, (I Tesalonicenses 4, 4)

  • Acerca del amor fraterno no necesitáis que se os escriba, porque personalmente habéis aprendido de Dios cómo debéis amaros los unos a los otros. (I Tesalonicenses 4, 9)

  • Por eso, animaos mutuamente y ayudaos los unos a los otros, como ya lo venís haciendo. (I Tesalonicenses 5, 11)

  • Hermanos, es nuestro deber y es de justicia dar gracias a Dios por vosotros, por los grandes progresos de vuestra fe y por el amor cada vez más grande que os tenéis unos a otros, (II Tesalonicenses 1, 3)

  • Que nadie os engañe en modo alguno, porque antes ha de venir la apostasía y ha de aparecer el hombre de la iniquidad, el destinado a la perdición, el adversario, (II Tesalonicenses 2, 3)

  • ni comimos gratis el pan de nadie, sino que, con sudor y fatiga, trabajamos de noche y de día para no resultar gravosos a ninguno de vosotros; (II Tesalonicenses 3, 8)

  • No obstante, nos hemos enterado de que algunos de vosotros viven sin trabajar, sin otra ocupación que curiosear. (II Tesalonicenses 3, 11)

  • Si alguno no hace caso de lo que decimos en esta carta, señaladle y cortad todo trato con él, para que así se sienta avergonzado. (II Tesalonicenses 3, 14)

  • El saludo es de mi puño y letra: Pablo. Ésta es la señal que distingue todas mis cartas. Ésta es mi letra. (II Tesalonicenses 3, 17)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina