Found 556 Results for: sabiduría de Salomón

  • La mujer vio que el árbol era apetitoso para comer, agradable a la vista y deseable para adquirir sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió; dio también de él a su marido, que estaba junto a ella, y él también comió. (Génesis 3, 6)

  • ¿Quién igual a ti, Señor, entre los dioses? ¿Quién igual a ti, sublime en sabiduría, tremendo en gloria, autor de maravillas? (Exodo 15, 11)

  • Le he llenado del espíritu de Dios, de sabiduría, inteligencia y habilidad para toda suerte de trabajos, (Exodo 31, 3)

  • y le ha llenado del espíritu de Dios, de sabiduría, inteligencia y habilidad para toda suerte de trabajos; (Exodo 35, 31)

  • Moisés llamó a Besalel, a Oholiab y a todos los hombres que el Señor había dotado de sabiduría y se habían ofrecido voluntariamente a colaborar en la obra. (Exodo 36, 2)

  • Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés le había impuesto las manos. A él obedecieron los israelitas, como lo había ordenado Moisés. (Deuteronomio 34, 9)

  • ¡Bendita tu sabiduría y bendita tú por haberme impedido hoy derramar la sangre y hacerme justicia por mi mano! (I Samuel 25, 33)

  • Éstos son los hijos que le nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón, (II Samuel 5, 14)

  • Después David consoló a Betsabé, su mujer; se unió a ella y le dio un hijo, al que llamó Salomón. El Señor lo amó, (II Samuel 12, 24)

  • Tu siervo Joab ha obrado de este modo para dar otro aspecto al asunto. Pero mi señor es sabio con la sabiduría del ángel de Dios, y sabe cuanto pasa en la tierra". (II Samuel 14, 20)

  • La mujer, con su sabiduría, convenció a toda la ciudad, cortaron la cabeza a Sebá, hijo de Bicrí, y se la tiraron a Joab. Éste hizo sonar la trompeta y se alejaron de la ciudad, cada cual a su casa. Joab volvió a Jerusalén junto al rey. (II Samuel 20, 22)

  • Pero al profeta Natán, a Benayas, a la cohorte de valientes de David y a su hermano Salomón, no los invitó. (I Reyes 1, 10)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina