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  • Memucán, ante el rey y los príncipes, respondió: "La reina no ha ofendido solamente al rey, sino también a los príncipes y a los súbditos que viven en las provincias del rey. (Ester 1, 16)

  • Copia del decreto: "El gran rey Asuero a los sátrapas y gobernadores de las ciento veintisiete provincias desde India hasta Etiopía, y a todos sus súbditos, salud. (Ester 16, 1)

  • No sólo oprimen a nuestros súbditos, sino que, insatisfechos de los honores recibidos, maquinan contra sus mismos bienhechores. (Ester 16, 3)

  • Arrojaron las armas e hicieron las paces. Los judíos, cubiertos de gloria ante el rey y todos sus súbditos, se hicieron famosos en todo el reino y volvieron a Jerusalén cargados de botín. (I Macabeos 11, 51)

  • para que sus súbditos no se turbaran si sucedía algún hecho imprevisto o llegaba alguna noticia desagradable, sabiendo todos en manos de quién quedaba el poder; (II Macabeos 9, 24)

  • Trasladado nuestro padre a los dioses, y deseando que todos nuestros súbditos puedan preocuparse de sus negocios sin temor alguno, (II Macabeos 11, 23)

  • Un pueblo numeroso es la gloria del rey, la escasez de súbditos es la ruina del príncipe. (Proverbios 14, 28)

  • sino que caerán, a occidente, sobre las costas de los filisteos, y juntos saquearán a los hijos de oriente; se apoderarán de Edón y de Moab, y los hijos de Amón serán sus súbditos. (Isaías 11, 14)

  • ¿A quién te pareces en majestad y grandeza de entre los árboles de Edén? Pues también tú serás precipitado con los árboles de Edén a las moradas subterráneas, y entre incircuncisos yacerás con las víctimas de la espada. Tal será la suerte del Faraón y de todos sus súbditos", dice el Señor Dios. (Ezequiel 31, 18)

  • Jesús respondió: "Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis súbditos lucharían para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí". (Juan 18, 36)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina