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  • Y Dios dijo: "Haya un firmamento entre las aguas, que separe las unas de las otras"; y así fue: (Génesis 1, 6)

  • Colocó luego las varas, así descortezadas, unas frente a otras en las pilas y abrevaderos adonde iban a beber los ganados, los cuales se encelaban al ir a beber. (Génesis 30, 38)

  • Si maltratas a mis hijas o tomas otras mujeres además de ellas, aunque nadie lo vea, Dios será testigo entre nosotros dos". (Génesis 31, 50)

  • Detrás de ellas subieron del Nilo otras siete vacas escuálidas y flacas, que se pusieron junto a las primeras en la ribera del Nilo. (Génesis 41, 3)

  • y otras siete, raquíticas y quemadas por el viento del este, brotaban después de ellas. (Génesis 41, 6)

  • Detrás de ellas subieron otras siete vacas escuálidas y flacas, tan raquíticas que no he visto otras semejantes en todo Egipto. (Génesis 41, 19)

  • Después de ellas brotaron otras siete espigas marchitas, raquíticas y quemadas por el viento del este. (Génesis 41, 23)

  • Las siete vacas escuálidas y flacas, que salieron tras las otras, y las siete espigas raquíticas y quemadas por el viento del este, quieren decir que habrá siete años de hambre. (Génesis 41, 27)

  • De la cosecha daréis la quinta parte al Faraón, y las otras cuatro partes serán vuestras para la siembra de los campos y para vuestro consumo y el de vuestras familias". (Génesis 47, 24)

  • El Señor dijo a Moisés: "Prepárate dos tablas de piedra, como las primeras que tú rompiste; voy a escribir en ellas las palabras de las otras. (Exodo 34, 1)

  • Se tomarán otras piedras para reemplazar las primeras, y masa nueva para revocar la casa. (Levítico 14, 42)

  • Ésta es la ley del nazireo. Si además de su cabellera el nazireo ha hecho voto de una ofrenda personal al Señor (sin contar otras posibles ofrendas), cumplirá el voto hecho, además de lo que la ley tiene ya previsto para su cabellera". (Números 6, 21)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina