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  • Estando un día Josué cerca de Jericó, levantó los ojos y vio a un hombre delante de él con la espada desenvainada en su mano. Josué se le acercó y le dijo: "¿Eres de los nuestros o de los enemigos?". (Josué 5, 13)

  • El Señor dijo a Josué: "Extiende hacia Ay la jabalina que tienes en la mano, porque te la voy a entregar". Y Josué extendió hacia la ciudad la jabalina que tenía en la mano. (Josué 8, 18)

  • Josué no retiró la mano que tenía extendida con la jabalina hasta que todos los habitantes de Ay fueron exterminados. (Josué 8, 26)

  • Y Fineés, hijo del sacerdote Eleazar, dijo a los de Rubén, a los de Gad y a los de Manasés: "Ahora reconocemos que el Señor está en medio de vosotros, porque no habéis cometido semejante infidelidad contra el Señor y habéis librado a los israelitas de la mano del Señor". (Josué 22, 31)

  • En todas sus expediciones, la mano del Señor pesaba sobre ellos para hacerles mal, como el mismo Señor se lo había dicho y jurado. (Jueces 2, 15)

  • El Señor hizo surgir los jueces. El Señor estaba con el juez y los libraba de la mano de sus enemigos mientras vivía el juez, pues se compadecía de ellos al oírles gemir bajo sus opresores y perseguidores. (Jueces 2, 18)

  • Entonces Ehud, con la mano izquierda, tomó el puñal que llevaba al lado derecho y se lo metió en el vientre. (Jueces 3, 21)

  • Aquel día Moab quedó derrotado bajo la mano de Israel, y la tierra estuvo en paz durante cuarenta años. (Jueces 3, 30)

  • La mano de los israelitas pesó cada vez más sobre Yabín, rey de Canaán, hasta que acabaron con él. (Jueces 4, 24)

  • Con su mano cogió el clavo, con la derecha el martillo de los trabajadores. Le golpeó, le rompió la cabeza, le atravesó la sien. (Jueces 5, 26)

  • La mano de Madián pesó fuertemente sobre Israel. Para escapar de Madián, los israelitas se sirvieron de las cuevas, cavernas y refugios de los montes. (Jueces 6, 2)

  • Gedeón dijo a Dios: "Si de verdad quieres salvar a Israel por mi mano, como has dicho, (Jueces 6, 36)


“Nossa Senhora recebeu pela inefável bondade de Jesus a força de suportar até o fim as provações do seu amor. Que você também possa encontrar a força de perseverar com o Senhor até o Calvário!” São Padre Pio de Pietrelcina