Found 304 Results for: madre

  • Languidece la madre de siete hijos, está para entregar el alma; su sol se pone siendo aún pleno día, está avergonzada y humillada. Y lo que de ellos queda lo entregaré a la espada, ante sus enemigos" -dice el Señor-. (Jeremías 15, 9)

  • ¡Ay de mí, madre mía, que me engendraste hombre de querella y de discordia para todo el país! No he prestado dinero, no he recibido préstamo, pero todos me maldicen. (Jeremías 15, 10)

  • Nadie partirá el pan con quien está de duelo para consolarlo por un muerto; nadie le ofrecerá la copa del consuelo por la muerte del padre o de la madre. (Jeremías 16, 7)

  • ¡Maldito el día en que nací; el día en que mi madre me dio a luz no sea bendito! (Jeremías 20, 14)

  • ¡Por qué no me hizo morir en el seno materno! Mi madre hubiera sido mi sepulcro, y yo eterna preñez de sus entrañas. (Jeremías 20, 17)

  • Y te arrojaré a ti y a tu madre, que te dio a luz, a otra tierra donde no habéis nacido, pero donde moriréis. (Jeremías 22, 26)

  • después de partir de Jerusalén el rey Jeconías y la reina madre, los eunucos, los príncipes de Judá y de Jerusalén, los herreros y los cerrajeros. (Jeremías 29, 2)

  • Vuestra madre está llena de vergüenza, confundida la que os dio a luz. Vedla, la última de las naciones, desierto, aridez, estepa. (Jeremías 50, 12)

  • Veintiún años tenía Sedecías cuando subió al trono, y reinó en Jerusalén once años. Su madre se llamaba Jamital, hija de Jeremías, nativo de Libná. (Jeremías 52, 1)

  • Dirás: Esto dice el Señor a Jerusalén: Tus orígenes y tu nacimiento proceden de la tierra de los cananeos; tu padre fue un amorreo y tu madre una hitita. (Ezequiel 16, 3)

  • Los que dicen refranes dirán de ti éste: Cual la madre, tal la hija. (Ezequiel 16, 44)

  • Eres digna de tu madre, que abandonó a su marido y a sus hijos; digna hermana de tus hermanas, que abandonaron a sus maridos y a sus hijos. Vuestra madre fue una hitita, vuestro padre un amorreo. (Ezequiel 16, 45)


“Devo fazer somente a vontade de Deus e, se lhe agrado, o restante não conta.” São Padre Pio de Pietrelcina