Found 224 Results for: llanura de Moab

  • Eliseo dijo al rey de Israel: "¿Qué tengo que ver yo contigo? Vete a consultar a los profetas de tu padre y a los de tu madre". Pero el rey de Israel repuso: "Es que el Señor nos ha reunido a tres reyes para entregarnos en manos de Moab". (II Reyes 3, 13)

  • Y aun esto es poco para el Señor: él entregará a Moab en vuestras manos. (II Reyes 3, 18)

  • Marcharon sobre el campamento de Israel; pero los israelitas salieron y asestaron un rudo golpe a Moab, que se dio a la fuga. Ellos entraron en el país y derrotaron a Moab. (II Reyes 3, 24)

  • El rey de Moab, viendo que la lucha era demasiado recia para sus fuerzas, tomó consigo setecientos hombres que empuñaban espada para abrir una brecha contra el rey de Edón, pero no lo consiguió. (II Reyes 3, 26)

  • Eliseo murió y fue sepultado. Entrado el año, unas bandas de Moab hicieron correrías en el país; (II Reyes 13, 20)

  • Profanó las colinas que había al oriente de Jerusalén y al sur del monte Olivete, y que Salomón, rey de Israel, había edificado a Astarté, ídolo repugnante de Moab, y a Camós, ídolo repugnante de los amonitas. (II Reyes 23, 13)

  • Pero el ejército de los caldeos persiguió al rey y lo alcanzó en la llanura de Jericó; todo el ejército lo abandonó y se dispersó. (II Reyes 25, 5)

  • Murió Jusán y le sucedió Hadad, hijo de Bedad, que derrotó a los madianitas en los campos de Moab. Su ciudad se llamaba Avit. (I Crónicas 1, 46)

  • Joaquín, los hombres de Cozebá, Joás y Saraf, que dominaron en Moab antes de volver a Belén. (Estos hechos son antiguos). (I Crónicas 4, 22)

  • Sajaráyim tuvo más hijos en el país de Moab, después de haberse divorciado de sus mujeres Jusín y Bará. (I Crónicas 8, 8)

  • Benayas, hijo de Yehoyadá, hombre valiente, rico en hazañas, de Cabseel, mató a los dos héroes de Moab; y él fue también quien, un día de nieve, bajó a una cisterna y mató a un león. (I Crónicas 11, 22)

  • Derrotó a Moab, y los moabitas quedaron sometidos a David y le pagaron tributo. (I Crónicas 18, 2)


“Que Jesus o mergulhe no esplendor da Sua imortal juventude.” São Padre Pio de Pietrelcina