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Después de estos hechos y actos de fidelidad, vino Senaquerib, rey de Asiria, invadió Judá y asedió las ciudades fortificadas con el propósito de conquistarlas. (II Crónicas 32, 1)
Después de esto restauró la muralla exterior de la ciudad de David, al occidente de Guijón, en el valle, hasta la puerta de los Peces, la cual rodeaba al Ofel y era muy alta. Puso jefes militares en todas las ciudades fortificadas de Judá. (II Crónicas 33, 14)
Ellos se apoderaron de ciudades fortificadas, de una tierra feraz, ocuparon casas llenas de toda clase de bienes, pozos, viñedos, olivares y árboles frutales en abundancia; y comieron, se saciaron, engordaron, se recrearon en la abundancia de tus bienes. (Nehemías 9, 25)
Pasó el Éufrates, atravesó Mesopotamia y arrasó todas las ciudades fortificadas enclavadas junto al río Abrona, hasta el mar. (Judit 2, 24)
Holofernes bajó con su ejército hacia la costa, dejando guarniciones en las ciudades fortificadas y reclutando cuidadosamente, como refuerzo, fuerzas subsidiarias. (Judit 3, 6)
Ocupó las ciudades egipcias fortificadas y las saqueó. (I Macabeos 1, 19)
y cómo muchos estaban prisioneros en Bosora, Bosor, Alema, Casfo, Maqued y Carnayín, todas ellas ciudades grandes y fortificadas. (I Macabeos 5, 26)
El año catorce del rey Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, subió contra todas las ciudades fortificadas de Judá y las tomó todas. (Isaías 36, 1)
¿Lo oyes bien? Desde hace mucho he preparado esto; desde tiempos lejanos lo he trazado, y ahora lo ejecuto: tú tenías que convertir las ciudades fortificadas en un montón de ruinas. (Isaías 37, 26)
Anunciadlo en Judá, publicadlo en Jerusalén, tocad la trompeta en el país, gritad con voz potente y decid: ¡Reuníos, entremos en las ciudades fortificadas! (Jeremías 4, 5)
¿Por qué nos estamos sentados? Reuníos, entremos en nuestras ciudades fortificadas para morir allí, porque el Señor nuestro Dios nos entrega a la muerte, nos da a beber agua envenenada por haber pecado contra él. (Jeremías 8, 14)
día de trompetas y de alarmas contra las ciudades fortificadas y los altos torreones. (Sofonías 1, 16)
