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El séptimo día lo examinará: si constata que la llaga sigue en su estado sin extenderse en la piel, lo tendrá aislado siete días más. (Levítico 13, 5)
El que toque un objeto cualquiera que haya estado debajo del paciente, será impuro hasta la tarde, y el que lo transporte, lavará sus vestidos, se bañará y será impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 10)
Estarán consagrados a su Dios y no profanarán su nombre, pues son ellos los que presentan las ofrendas al Señor, alimento de su Dios; estarán en estado de santidad. (Levítico 21, 6)
Diles: Cualquier descendiente que se acerque en estado de impureza a las ofrendas santas consagradas al Señor por los israelitas, será extirpado de mi presencia: yo, el Señor. (Levítico 22, 3)
Pero había algunos que, encontrándose en estado de impureza por contactos con cadáveres, no pudieron celebrar la pascua ese día. Éstos se presentaron ese mismo día a Moisés y Aarón (Números 9, 6)
Y Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Jefoné, que habían estado entre los exploradores de la tierra, se rasgaron las vestiduras (Números 14, 6)
Pero a mi siervo Caleb, que está animado de otro espíritu y me ha obedecido fielmente, lo llevaré a la tierra en la que ha estado, y su descendencia la poseerá. (Los amalecitas y los cananeos habitaban entonces la llanura). (Números 14, 24)
Un hombre en estado de pureza recogerá las cenizas de la novilla y las depositará fuera del campamento, en un lugar puro, donde serán conservadas para hacer el agua de purificación en la comunidad de los israelitas: es un sacrificio por el pecado. (Números 19, 9)
Nuestros padres bajaron a Egipto, donde hemos estado largo tiempo, nosotros y nuestros padres, sufriendo malos tratos por parte de los egipcios. (Números 20, 15)
"Fineés, hijo de Eleazar y nieto del sacerdote Aarón, ha apartado mi cólera de los israelitas, pues ha estado movido por mi mismo celo en medio de ellos. Por eso no he aniquilado yo en mi furor a los israelitas. (Números 25, 11)
para decirle: "Tus siervos han hecho el recuento de los hombres de guerra que han estado a nuestras órdenes, y no falta ninguno. (Números 31, 49)
"El Señor, nuestro Dios, nos dijo en el Horeb: Ya habéis estado bastante tiempo en este monte. (Deuteronomio 1, 6)
