Found 487 Results for: descendientes de Jacob

  • A tus opresores haré comer su propia carne, de su misma sangre se embriagarán como de vino nuevo. Y todo mortal sabrá que yo, el Señor, soy tu salvador y tu redentor, el fuerte de Jacob. (Isaías 49, 26)

  • Clama a voz en grito sin reparo, alza tu voz como la corneta. Anuncia a mi pueblo sus injusticias, a la casa de Jacob sus pecados. (Isaías 58, 1)

  • entonces encontrarás en el Señor tus delicias; yo te subiré triunfante a las alturas del país y te alimentaré de la heredad de tu padre Jacob. Ha hablado la boca del Señor. (Isaías 58, 14)

  • Pero como libertador vendrá para Sión y para los convertidos de su pecado en Jacob -dice el Señor-. (Isaías 59, 20)

  • En cuanto a mí, éste es mi pacto con ellos, dice el Señor: Mi espíritu, que reposa en ti, y mis palabras, que he puesto en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus descendientes, ni de la boca de los descendientes de tus descendientes -dice el Señor- desde ahora y por siempre. (Isaías 59, 21)

  • Y mamarás la leche de los pueblos, las riquezas de los reyes chuparás; y sabrás que yo, el Señor, soy tu salvador, tu libertador, el fuerte de Jacob. (Isaías 60, 16)

  • Haré salir descendencia de Jacob, y de Judá un heredero de mis montes. Sí, mis elegidos los heredarán, mis siervos morarán allí. (Isaías 65, 9)

  • Escuchad la palabra del Señor, casa de Jacob y todas las familias de la casa de Israel. (Jeremías 2, 4)

  • Anunciad esto en la casa de Jacob, hacedlo saber en Judá; decid: (Jeremías 5, 20)

  • No es así la porción de Jacob, porque él ha formado el universo y la tribu de su heredad es Israel; su nombre es Señor omnipotente. (Jeremías 10, 16)

  • Derrama tu furor sobre las naciones que no te conocen, sobre los pueblos que tu nombre no invocan, porque han devorado a Jacob, lo han consumido y han devastado su morada. (Jeremías 10, 25)

  • ¡Ay! Porque es grande este día y ningún otro lo iguala. Tiempo de angustia para Jacob, pero del que será liberado. (Jeremías 30, 7)


“Temos muita facilidade para pedir, mas não para agradecer”. São Padre Pio de Pietrelcina