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  • Sus hijos le presentaron la sangre, y él, mojando su dedo, untó con ella los cuernos del altar, derramando la restante al pie del mismo. (Levítico 9, 9)

  • El sacerdote tomará de la sangre del sacrificio de reparación y ungirá con ella el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el dedo gordo de su pie derecho. (Levítico 14, 14)

  • Con aceite del que le queda en la palma de la mano ungirá el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el dedo gordo de su pie derecho, encima de la sangre de la víctima de reparación. (Levítico 14, 17)

  • Inmolará el cordero del sacrificio de reparación, tomará un poco de sangre y ungirá con ella el lóbulo de la oreja derecha, el pulgar de la mano derecha y el dedo gordo del pie derecho del que se está purificando. (Levítico 14, 25)

  • Con aceite del que le queda en la palma de la mano izquierda le untará el lóbulo de la oreja derecha, el pulgar de la mano derecha y el dedo gordo del pie derecho en el mismo lugar en que puso la sangre del sacrificio de reparación. (Levítico 14, 28)

  • Tomará luego la sangre del novillo, asperjará con el dedo el lado oriental del propiciatorio; hará siete aspersiones de sangre con el dedo delante del propiciatorio. (Levítico 16, 14)

  • y la rociará con el dedo por siete veces sobre el altar, purificándolo y santificándolo de las impurezas de los israelitas. (Levítico 16, 19)

  • El sacerdote Eleazar tomará con su dedo de la sangre y rociará con ella siete veces hacia el frente de la tienda de la reunión. (Números 19, 4)

  • Y el Señor me dio las dos tablas de piedra, escritas por el dedo de Dios, las cuales respondían exactamente a los mandamientos que el Señor os había anunciado en la montaña, en medio del fuego, el día de la asamblea. (Deuteronomio 9, 10)

  • Los jóvenes le respondieron: "A esa gente, que te ha hablado en esos términos, debes responder lo siguiente: Mi dedo meñique es más grueso que la cintura de mi padre. (I Reyes 12, 10)

  • Los jóvenes le respondieron: "A esa gente, que te ha hablado en esos términos debes responder lo siguiente: Mi dedo meñique es más grueso que la cintura de mi padre; (II Crónicas 10, 10)

  • Si yo callase, aguardarán que hable; si hablo, me escucharán, y si prolongo mi discurso, pondrán el dedo sobre su boca. (Sabiduría 8, 12)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina