Found 20 Results for: concede

  • "Recordad lo que os mandó Moisés, siervo del Señor, diciendo: El Señor, vuestro Dios, os concede el descanso al daros esta tierra. (Josué 1, 13)

  • Tu siervo hace bien poca cosa con acompañar al rey hasta pasar el Jordán; ¿por qué me concede el rey tal recompensa? (II Samuel 19, 37)

  • el Dios que me concede la venganza y sojuzga a los pueblos a mis pies. (II Samuel 22, 48)

  • Concede a mi hijo Salomón un corazón perfecto para que guarde tus mandamientos, tus preceptos y tus leyes, para que los ponga en práctica y construya el templo que yo te he preparado". (I Crónicas 29, 19)

  • Oh Señor, estén atentos tus oídos a la súplica de tu siervo y a la oración de tus servidores, que quieren ser fieles a ti. Concede éxito a tu siervo y haz que tengan buena acogida ante ese hombre". Era yo entonces copero del rey. (Nehemías 1, 11)

  • El Dios que me concede la venganza y sojuzga los pueblos a mis pies. (Salmos 18, 48)

  • el Macabeo, al ver la muchedumbre que tenía delante, el aparato de las diversas armas y su ferocidad, levantó las manos al cielo e invocó al Dios que hace maravillas; pues bien sabía que la victoria no depende de las armas, sino de aquel que la concede a quien ve digno de ella. (II Macabeos 15, 21)

  • El rey concede su favor al servidor inteligente, pero su ira pierde al inepto. (Proverbios 14, 35)

  • El rey concede su favor a los labios justos, y ama al que habla con rectitud. (Proverbios 16, 13)

  • un hombre a quien Dios ha dado riquezas, hacienda y honores, y a quien nada falta de cuanto pueda desear; pero Dios no le concede disfrutar de eso, sino que es un extraño quien lo disfruta. Esto es vanidad y un cruel sufrimiento. (Eclesiastés 6, 2)

  • Porque la alabanza supone la sabiduría, y el Señor es quien la concede. (Eclesiástico 15, 10)

  • A los que se arrepienten les concede retornar, consuela a los que carecen de esperanza. (Eclesiástico 17, 24)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina