Found 119 Results for: clanes

  • Suma total de las ciudades, con sus ejidos, para estos clanes descendientes de Quehat; diez ciudades. (Josué 21, 26)

  • A los clanes levitas descendientes de Guersón se les dio, de la media tribu de Manasés, como refugio para los homicidas: Golán, en Basán, y Astarot, con sus respectivos ejidos: dos ciudades. (Josué 21, 27)

  • Suma total de las ciudades de los clanes guersonitas: trece ciudades con sus ejidos. (Josué 21, 33)

  • A los restantes clanes levitas, descendientes de Merarí, se les dio, de la tribu de Zabulón: Yocneán, Cartá, (Josué 21, 34)

  • Suma total de las ciudades de los clanes levitas de Merarí, doce ciudades. (Josué 21, 40)

  • Cuando el sacerdote Fineés, los jefes de la comunidad y los jefes de clanes que le acompañaban oyeron estas palabras de los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, les pareció bien. (Josué 22, 30)

  • Los príncipes de Isacar están con Débora, Isacar fue el apoyo de Barac, pues se lanzó tras él al valle. En los clanes de Rubén hay grandes decisiones. (Jueces 5, 15)

  • ¿Por qué te quedaste en tus apriscos, escuchando las flautas de los pastores? En los clanes de Rubén hay grandes decisiones. (Jueces 5, 16)

  • Y vosotros rechazáis hoy a vuestro Dios, que os ha salvado de todas vuestras desgracias y peligros, al pedir que os ponga un rey sobre vosotros. Por tanto, presentaos ante el Señor por tribus y por clanes". (I Samuel 10, 19)

  • Hizo acercarse a la tribu de Benjamín, por clanes, y fue designado por suerte el clan de Matrí. La suerte cayó, finalmente, sobre Saúl, hijo de Quis. Lo buscaron, pero no lo encontraban. (I Samuel 10, 21)

  • los clanes de Quiriat Yearín, los jeturitas, putitas, sumatitas y misraítas. De estos clanes salieron los de Sorea y Estaol. (I Crónicas 2, 53)

  • los clanes soforitas que habitaban en Yabés, los tiretitas, simeítas y sucatitas. Éstos son los quenitas, descendientes de Jamat, padre de la casa de Recab. (I Crónicas 2, 55)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina