Found 28 Results for: campana militar

  • El sacerdote Eleazar dijo a los combatientes que volvían de la campaña: "Ésta es una ley que el Señor dio a Moisés: (Números 31, 21)

  • La mitad correspondiente a los que habían hecho la campaña fue de 337.500 cabezas de ganado menor, (Números 31, 36)

  • como los israelitas anduvieron por el desierto cuarenta años, ya habían muerto los que salieron de Egipto en edad militar. Porque no obedecieron al Señor, el Señor les había jurado que no les dejaría ver la tierra que él había prometido a sus padres, tierra que mana leche y miel. (Josué 5, 6)

  • y el Señor los entregó en manos de Yabín, rey de Canaán, que reinaba en Jasor, y cuyo jefe militar era Sísara, que vivía en Jaróset Goyín. (Jueces 4, 2)

  • Cuando comenzó de nuevo la guerra, David salió a campaña contra los filisteos; les infligió una gran derrota y se dieron a la fuga. (I Samuel 19, 8)

  • David tuvo miedo, porque Saúl se puso en campaña para quitarle de en medio. David estaba en el desierto de Zif, en Jores. (I Samuel 23, 15)

  • ¿Contra quién ha salido a campaña el rey de Israel? ¿A quién persigues? ¡A un perro muerto, a una pulga! (I Samuel 24, 15)

  • Por entonces los filisteos reunieron sus tropas para salir a luchar contra Israel. Aquís dijo a David: "Te comunico que tú y tus hombres tenéis que venir conmigo a la campaña". (I Samuel 28, 1)

  • Abner, hijo de Ner, y los oficiales de Isbaal salieron a campaña de Majanayín hacia Gabaón. (II Samuel 2, 12)

  • Yo no he habitado en casa desde el día en que saqué de Egipto a los israelitas hasta hoy, sino que he estado peregrinando en una tienda de campaña. (II Samuel 7, 6)

  • Al año siguiente, por el tiempo en que suelen los reyes salir a campaña, David envió a Joab, a sus oficiales y a todo Israel a devastar a los amonitas y a sitiar a Rabá. David se quedó en Jerusalén. (II Samuel 11, 1)

  • Plantaron en la terraza una tienda de campaña para Absalón, y Absalón se acostó con las concubinas de su padre a la vista de todo Israel. (II Samuel 16, 22)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina