Found 943 Results for: caída de Jerusalén

  • Pero el levita no quiso pasar allí la noche. Se levantó y se fue. Avistaron a Jebús, o sea, Jerusalén. Llevaba los dos asnos cargados, la concubina y el criado. (Jueces 19, 10)

  • Su marido se levantó, abrió la puerta de la casa para salir y continuar su camino, cuando vio a su concubina caída a la entrada de la casa con las manos en el umbral. (Jueces 19, 27)

  • David tomó la cabeza del filisteo y la llevó a Jerusalén; las armas las puso en su propia tienda. (I Samuel 17, 54)

  • Me acerqué a él y lo maté, porque sabía que no podría sobrevivir después de su caída. Tomé la corona que llevaba sobre su cabeza y el brazalete que tenía en su brazo y los he traído aquí, mi señor". (II Samuel 1, 10)

  • En Hebrón reinó sobre Judá siete años y seis meses; en Jerusalén reinó treinta y tres años sobre todo Israel y Judá. (II Samuel 5, 5)

  • El rey y sus hombres marcharon sobre Jerusalén contra los jebuseos, que habitaban la región. Éstos dijeron a David: "No entrarás aquí; los ciegos y los cojos te rechazarán". Como diciendo: "David no entrará aquí". (II Samuel 5, 6)

  • David tomó todavía más concubinas y mujeres en Jerusalén, después de haber venido de Hebrón, y le nacieron hijos e hijas. (II Samuel 5, 13)

  • Éstos son los hijos que le nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón, (II Samuel 5, 14)

  • David se apoderó de los escudos de oro que llevaba la guardia de Hadadézer y los llevó a Jerusalén. (II Samuel 8, 7)

  • Pero Meribaal vivía en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; era cojo de ambos pies. (II Samuel 9, 13)

  • Los amonitas, al ver huir a los sirios, se dieron también a la fuga ante Abisay y entraron en la ciudad. Entonces Joab volvió de la guerra contra los amonitas y entró en Jerusalén. (II Samuel 10, 14)

  • Al año siguiente, por el tiempo en que suelen los reyes salir a campaña, David envió a Joab, a sus oficiales y a todo Israel a devastar a los amonitas y a sitiar a Rabá. David se quedó en Jerusalén. (II Samuel 11, 1)


“Invoquemos sempre o auxílio de Nossa Senhora.” São Padre Pio de Pietrelcina