Found 44 Results for: Resurrección

  • Al oír hablar de la resurrección de los muertos, unos se burlaban y otros dijeron: "Te oiremos sobre esto otra vez". (Hechos 17, 32)

  • Pablo, sabiendo que una parte del tribunal eran saduceos y otra fariseos, gritó así: "Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos; soy juzgado por la esperanza en la resurrección de los muertos". (Hechos 23, 6)

  • Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángeles, ni espíritus, mientras que los fariseos admiten una y otra cosa. (Hechos 23, 8)

  • teniendo en Dios la esperanza que estos mismos tienen de que habrá resurrección, tanto de justos como de injustos. (Hechos 24, 15)

  • a no ser que me acusen por esta frase que pronuncié ante ellos: "Yo soy juzgado hoy ante vosotros por la resurrección de los muertos". (Hechos 24, 21)

  • constituido Hijo de Dios en poder según el Espíritu de santificación por su resurrección de la muerte) Jesucristo, nuestro Señor, (Romanos 1, 4)

  • Pues si hemos llegado a ser una misma cosa con él por una muerte semejante a la suya, también lo seremos por una resurrección parecida. (Romanos 6, 5)

  • Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo algunos de vosotros dicen que no hay resurrección de los muertos? (I Corintios 15, 12)

  • Porque si no hay resurrección de los muertos, tampoco Cristo ha resucitado. (I Corintios 15, 13)

  • Porque como por un hombre vino la muerte, así, por un hombre, la resurrección de los muertos. (I Corintios 15, 21)

  • Eso mismo pasa con la resurrección de los muertos. Se siembra algo corruptible, y resucita incorruptible. (I Corintios 15, 42)

  • a fin de conocerle a él y la virtud de su resurrección y la participación en sus padecimientos, configurándome con su muerte (Filipenses 3, 10)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina