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  • Cuando se aplasta debajo de los pies a todos los prisioneros de un país, (Lamentaciones 3, 34)

  • Sus ojos están llenos del polvo levantado por los pies de los que entran. (Baruc 6, 16)

  • Al no tener pies, son llevados a hombros, exhibiendo a los hombres su propia ignominia. Y quedan también avergonzados sus servidores; porque si aquéllos caen en tierra, tienen que ser ellos los que los levanten. (Baruc 6, 25)

  • Sus piernas eran rectas y sus pies semejantes a las pezuñas de un toro, relucientes como bronce bruñido. (Ezequiel 1, 7)

  • Suspira en silencio, no hagas luto; cíñete el turbante a tu cabeza, ponte en los pies las sandalias; no te cubras la barba, no comas el pan del duelo". (Ezequiel 24, 17)

  • Llevaréis vuestro turbante a la cabeza y las sandalias en los pies; no os lamentaréis ni lloraréis, sino que os consumiréis a causa de vuestras iniquidades y os lamentaréis unos con otros. (Ezequiel 24, 23)

  • ¿No os basta pacer en buenos pastos para que pisoteéis el resto del pasto? ¿No os basta beber el agua limpia para que enturbiéis el resto con los pies? (Ezequiel 34, 18)

  • ¿Ha de pastar mi rebaño lo que vosotros habéis pisoteado y beber lo que habéis enturbiado con vuestros pies? (Ezequiel 34, 19)

  • La voz me decía: "Hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono y el lugar donde se posarán mis pies, donde yo habitaré, en medio de los israelitas, para siempre. El pueblo de Israel no profanará más mi santo nombre, como tampoco sus monarcas, con sus fornicaciones, ni con los cadáveres de sus reyes difuntos. (Ezequiel 43, 7)

  • las piernas, de hierro, y los pies, parte de hierro y parte de arcilla. (Daniel 2, 33)

  • Tú seguías mirando; de pronto una piedra se desprendió de un monte sin intervención humana alguna, alcanzó a la estatua en los pies de hierro y arcilla y los pulverizó. (Daniel 2, 34)

  • En cuanto a lo que viste, que los pies y los dedos eran parte de arcilla y parte de hierro, esto significa que era un reino dividido, aunque tendrá ciertamente la consistencia del hierro, ya que viste el hierro mezclado con la arcilla; (Daniel 2, 41)


“Deus sempre nos dá o que é melhor para nós.” São Padre Pio de Pietrelcina