Found 164 Results for: Efraín

  • A los otros clanes levitas descendientes de Quehat les tocaron en suerte ciudades de la tribu de Efraín. (Josué 21, 20)

  • Se les dio como ciudades de refugio para los homicidas: Siquén, en la montaña de Efraín, Guézer, (Josué 21, 21)

  • Fue sepultado en el territorio de su propiedad, en Timná Séraj, que está en la montaña de Efraín, al norte del monte Gaas. (Josué 24, 30)

  • Después murió Eleazar, hijo de Aarón, y fue sepultado en Guibeá, ciudad de su hijo Fineés, a quien se la habían dado en la montaña de Efraín. (Josué 24, 33)

  • Efraín tampoco pudo echar a los cananeos que vivían en Guézer, de suerte que los cananeos siguen viviendo entre ellos. (Jueces 1, 29)

  • y lo enterraron en su propio territorio de Timná Séraj, en la montaña de Efraín, al norte del monte Gaas; (Jueces 2, 9)

  • Tan pronto como llegó a tierra de Israel, tocó la trompeta en la montaña de Efraín, y los israelitas bajaron con él de la montaña. Él iba en cabeza. (Jueces 3, 27)

  • Se sentaba bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la montaña de Efraín, y los israelitas subían allí para arreglar sus litigios. (Jueces 4, 5)

  • Los príncipes de Efraín están en el llano, su hermano Benjamín entre sus tropas; de Maquir bajaron los jefes, y de Zabulón los que llevan el bastón de mando. (Jueces 5, 14)

  • Gedeón envió mensajeros a toda la montaña de Efraín, diciendo: "Bajad al encuentro de los madianitas y ocupad antes que ellos las fuentes hasta Bet Bará y el Jordán". Y todos los efraimitas respondieron a la llamada y ocuparon los vados a lo largo del Jordán hasta Bet Bará. (Jueces 7, 24)

  • Los de la tribu de Efraín dijeron a Gedeón: "¿Qué manera es ésta de obrar con nosotros? ¿Cómo no nos has convocado cuando ibas a luchar contra los madianitas?". Y se querellaron fuertemente contra él. (Jueces 8, 1)

  • Él les respondió: "¿Qué he hecho yo en comparación con vosotros? ¿Acaso no ha sido mejor el rebusco de Efraín que la vendimia de Abiezer? (Jueces 8, 2)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina