Found 414 Results for: tenía

  • Levantóse David y pasó, con los seiscientos hombres que tenía, a Akís, hijo de Maok, rey de Gat. (I Samuel 27, 2)

  • Tenía la mujer en casa un ternero cebado y se apresuró a degollarlo. Tomó harina, la amasó y coció unos ázimos. (I Samuel 28, 24)

  • Partió David con los seiscientos hombres que tenía y llegaron al torrente Besor. (I Samuel 30, 9)

  • Me acerqué a él y le maté, pues sabía que no podría vivir después de su caída; luego tomé la diadema que tenía en su cabeza y el brazalete que tenía en el brazo y se los he traído aquí a mi señor.» (II Samuel 1, 10)

  • Cuarenta años tenía Isbaal, hijo de Saúl, cuando fue proclamado rey de Israel; reinó dos años. Solamente la casa de Judá siguió a David. (II Samuel 2, 10)

  • Isbaal no se atrevió a contestar una palabra a Abner, por el miedo que le tenía. (II Samuel 3, 11)

  • Tenía Jonatán, hijo de Saúl, un hijo tullido de pies. Tenía cinco años cuando llegó de Yizreel la noticia de lo de Saúl y Jonatán; su nodriza le tomó y huyó, pero con la prisa de la fuga, cayó y se quedó cojo. Se llamaba Meribbaal. (II Samuel 4, 4)

  • Treinta años tenía cuando comenzó a reinar y reinó cuarenta años. (II Samuel 5, 4)

  • Tenía la familia de Saúl un siervo llamado Sibá. Le convocaron ante David y el rey le dijo: «¿Eres tú Sibá?» Respondió: «Tu siervo soy.» (II Samuel 9, 2)

  • Cultivarás para él la tierra tú, tus hijos y tus siervos, y se lo llevarás a la familia de tu señor para que pueda comer. Meribbaal, el hijo de tu señor, comerá siempre a mi mesa.» Tenía Sibá quince hijos y veinte siervos. (II Samuel 9, 10)

  • Tenía Meribbaal un hijo pequeño, llamado Miká. Todos los que vivían en casa de Sibá eran siervos de Meribbaal. (II Samuel 9, 12)

  • Viendo Joab que tenía un frente de combate por delante y otro por detrás, escogió a los mejores de Israel y los puso en línea contra los arameos. (II Samuel 10, 9)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina