Found 75 Results for: seré

  • y me haré más vil todavía; seré vil a tus ojos pero seré honrado ante las criadas de que hablas. (II Samuel 6, 22)

  • Yo seré para él padre y él será para mí hijo. Si hace mal, le castigaré con vara de hombres y con golpes de hombres, (II Samuel 7, 14)

  • Mientras tanto Adonías, hijo de Jagguit, se gloriaba diciendo: «Yo seré rey.» Se había hecho con un carro y hombres de carro y cincuenta hombres que corrían ante él. (I Reyes 1, 5)

  • Fue y envió a decir a Josafat, rey de Judá: «El rey de Moab se ha rebelado contra mí. ¿Quieres venir conmigo a la guerra contra Moab?» Respondió: «Subiré. Yo seré como tú; mi pueblo como tu pueblo, mis caballos como tus caballos.» (II Reyes 3, 7)

  • Yo seré para él un padre, y él será para mi un hijo, y no apartaré de él mi amor, como le aparté de aquel que fue antes de ti. (I Crónicas 17, 13)

  • El edificará una Casa a mi nombre; él será para mí un hijo y yo seré para él un padre y consolidaré el trono de su reino sobre Israel para siempre." (I Crónicas 22, 10)

  • Y El me dijo: "Tú hijo Salomón edificará mi Casa y mis atrios; porque le he escogido a él por hijo mío, y yo seré para él padre. (I Crónicas 28, 6)

  • que Jerusalén va a ser reconstruida y en la ciudad su Casa para siempre. Seré feliz si alguno quedare de mi raza para ver tu Gloria y confesar al Rey del Cielo. Las puertas de Jerusalén serán rehechas con zafiros y esmeraldas, y de piedras preciosas sus murallas. Las torres de Jerusalén serán alzadas con oro, y con oro puro sus defensas. (Tobías 13, 16)

  • Guarda también a tu siervo del orgullo, no tenga dominio sobre mí. Entonces seré irreprochable, de delito grave exento. (Salmos 19, 14)

  • Voy a instruirte, a mostrarte el camino a seguir; fijos en ti los ojos, seré tu consejero. (Salmos 32, 8)

  • Rocíame con el hisopo, y seré limpio, lávame, y quedaré más blanco que la nieve. (Salmos 51, 9)

  • Sé tú mi apoyo, y seré salvo, y sin cesar tendré a la vista tus preceptos. (Salmos 119, 117)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina