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  • tu corazón se engría y olvides a Yahveh tu Dios que te sacó del país de Egipto, de la casa de servidumbre; (Deuteronomio 8, 14)

  • Acuérdate. No olvides que irritaste a Yahveh tu Dios en el desierto. Desde el día en que saliste del país de Egipto hasta vuestra llegada a este lugar, habéis sido rebeldes a Yahveh. (Deuteronomio 9, 7)

  • Por eso, cuando Yahveh tu Dios te haya asentado al abrigo de todos tus enemigos de alrededor, en la tierra que Yahveh tu Dios te da en herencia para que la poseas, borrarás el recuerdo de Amalec de debajo de los cielos. ¡No lo olvides! (Deuteronomio 25, 19)

  • Qof. ¡Levántate, Yahveh, alza tu mano, oh Dios! ¡No te olvides de los desdichados! (Salmos 10, 12)

  • No entregues a la bestia el alma de tu tórtola, la vida de tus pobres no olvides para siempre. (Salmos 74, 19)

  • No olvides el griterío de tus adversarios, el clamor de tus agresores que crece sin cesar! (Salmos 74, 23)

  • bendice a Yahveh, alma mía, no olvides sus muchos beneficios. (Salmos 103, 2)

  • Hijo mío, no olvides mi lección, en tu corazón guarda mis mandatos, (Proverbios 3, 1)

  • Adquiere la sabiduría, adquiere la inteligencia, no la olvides, no te apartes de los dichos de mi boca. (Proverbios 4, 5)

  • Con todo tu corazón honra a tu padre, y no olvides los dolores de tu madre. (Eclesiástico 7, 27)

  • Acuérdate de tu padre y de tu madre, cuanto te sientes en medio de los grandes, no sea que te olvides ante ellos, como un necio te conduzcas, y llegues a desear no haber nacido y a maldecir el día de tu nacimiento. (Eclesiástico 23, 14)

  • No olvides los favores de tu fiador, pues él se ha expuesto por ti. (Eclesiástico 29, 15)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina