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  • Pero luego - ¡mala pena que se toma! - de la misma arcilla modela una vana divinidad. Y la modela él, que poco ha nació de la tierra y que pronto habrá de volver a la tierra de donde fue sacado, cuando le reclamen la devolución de su alma. (Sabiduría 15, 8)

  • Además habrá una visita para ellos porque recibieron hostilmente a los extranjeros... (Sabiduría 19, 15)

  • No habrá bienes para el que en mal persiste, ni para quien no agradece la limosna. (Eclesiástico 12, 3)

  • Si puede, el otro recibirá apenas la mitad, y aun lo tendrá como una ganga. Si no, se quedará sin su dinero, y se habrá ganado sin necesidad un enemigo, que le devolverá maldiciones e injurias y le dará, en vez de gloria, vilipendio. (Eclesiástico 29, 6)

  • El hombre fuerte se volverá estopa, y su trabajo, chispa: arderán ambos a una, y no habrá quien apague. (Isaías 1, 31)

  • Por debajo del bálsamo habrá hedor, por debajo de la faja, soga, por debajo de la peluca, rapadura, y por debajo del traje, refajo de arpillera. y por debajo de la hermosura, vergüenza. (Isaías 3, 24)

  • Bramará contra él aquel día como el bramido del mar, y oteará la tierra, y habrá densa oscuridad, pues la luz se habrá oscurecido en la espesa tiniebla. (Isaías 5, 30)

  • la tierra oteará, y sólo habrá cerrazón y negrura, lobreguez prieta y tiniebla espesa. (Isaías 8, 22)

  • Porque un poquito más y se habrá consumado el furor, y mi ira los consumirá.» (Isaías 10, 25)

  • habrá un camino real para el resto de su pueblo que haya sobrevivido de Asur, como lo hubo para Israel, cuando subió del país de Egipto. (Isaías 11, 16)

  • Abandonadas sus ciudades para siempre, serán para los ganados; se acostarán allí y no habrá quien los espante. (Isaías 17, 2)

  • Aquel día estarán tus ciudades abandonadas, como cuando el abandono de los bosques y matorrales, ante los hijos de Israel: habrá desolación. (Isaías 17, 9)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina