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  • Harás cuarenta basas de plata para colocarlas debajo de los veinte tableros: dos basas debajo de un tablero para sus dos espigas y dos basas debajo del otro tablero para sus dos espigas. (Exodo 26, 19)

  • con sus cuarenta basas de plata: dos basas debajo de un tablero y dos basas debajo de otro tablero. (Exodo 26, 21)

  • Serán, pues, ocho tableros con sus basas de plata; dieciséis basas, dos debajo del otro tablero. (Exodo 26, 25)

  • Colgarás el velo debajo de los broches; y allá, detrás del velo, llevarás el arca del Testimonio, y el velo os servirá para separar el Santo del Santo de los Santos. (Exodo 26, 33)

  • y debajo de la moldura, a los costados, harás dos anillas. Las harás a ambos lados, para meter por ellas los varales con que transportarlo. (Exodo 30, 4)

  • hizo cuarenta basas de plata para colocarlas debajo de los veinte tableros: dos basas debajo de un tablero para sus dos espigas y dos basas debajo del otro tablero para sus dos espigas. (Exodo 36, 24)

  • con sus cuarenta basas de plata; dos basas debajo de un tablero y dos basas debajo del otro tablero. (Exodo 36, 26)

  • Eran, pues, ocho tableros con sus basas de plata; dieciséis basas, dos debajo de cada tablero. (Exodo 36, 30)

  • una corola debajo de los dos primeros brazos que formaban cuerpo con él, una corola debajo de los siguientes, y una corola debajo de los dos últimos brazos; así con los seis brazos que salían del mismo. (Exodo 37, 21)

  • Y debajo de la moldura, a los costados, hizo dos anillas a sus dos lados, para meter por ellas los varales con que transportarlo. (Exodo 37, 27)

  • Quien toque un objeto que haya estado debajo de él quedará impuro hasta la tarde. Y el que los lleve lavará sus vestidos, se bañará en agua y será impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 10)

  • Entonces el nazir se rapará su cabellera de nazir, a la entrada de la Tienda del Encuentro; tomara la cabellera de su nazireato y la echará al fuego que arde debajo del sacrificio de comunión. (Números 6, 18)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina