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  • las oblaciones y libaciones correspondientes a los novillos, carneros y corderos, conforme a su número y según la norma; (Números 29, 27)

  • las oblaciones y libaciones correspondientes a los novillos, carneros y corderos, conforme a su número y según la norma; (Números 29, 30)

  • las oblaciones y libaciones correspondientes a los novillos, carneros y corderos, conforme a su número y según la norma; (Números 29, 33)

  • la oblación y libaciones correspondientes al novillo, al carnero y a los corderos, conforme a su número y según la norma; (Números 29, 37)

  • Moisés habló a los israelitas conforme en todo a lo que le había ordenado Yahveh. (Números 30, 1)

  • Te ajustarás al fallo que te hayan indicado en este lugar elegido por Yahveh, y cuidarás de actuar conforme a cuanto te hayan enseñado. (Deuteronomio 17, 10)

  • Nada de ello he comido estando en duelo, nada he retirado hallándome impuro, nada he ofrecido a un muerto. He escuchado la voz de Yahveh mi Dios y he obrado conforme a todo lo que me has mandado. (Deuteronomio 26, 14)

  • Yahveh le separará de todas las tribus de Israel, para su desgracia, conforme a todas las imprecaciones de la alianza escrita en el libro de esta Ley. (Deuteronomio 29, 20)

  • Yahveh os los entregará, y vosotros los trataréis exactamente conforme a la orden que yo os he dado. (Deuteronomio 31, 5)

  • No se aparte el libro de esta Ley de tus labios: medítalo día y noche; así procurarás obrar en todo conforme a lo que en él está escrito, y tendrás suerte y éxito en tus empresas. (Josué 1, 8)

  • A la tribu de Gad, a los hijos de Gad, había dado Moisés una parte conforme a sus clanes. (Josué 13, 24)

  • A la media tribu de Manasés le había dado Moisés una parte conforme a sus clanes. (Josué 13, 29)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina