Found 368 Results for: alma

  • y el esplendor de su bosque y de su vergel en alma y en cuerpo será consumido: será como el languidecer de un enfermo. (Isaías 10, 18)

  • Gritaban Jesbón y Elalé, hasta Yahas se oía su voz. Por eso los guerreros de Moab tiemblan, su alma le tiembla dentro. (Isaías 15, 4)

  • Pues bien, en la senda de tus juicios te esperamos, Yahveh; tu nombre y tu recuerdo son el anhelo del alma. (Isaías 26, 8)

  • Con toda mi alma te anhelo en la noche, y con todo mi espíritu por la mañana te busco. Porque cuando tú juzgas a la tierra, aprenden justicia los habitantes del orbe. (Isaías 26, 9)

  • ¿Qué diré? ¿De qué le hablaré, cuando él mismo lo ha hecho? Caminaré todos mis años en la amargura de mi alma. (Isaías 38, 15)

  • Entonces mi amargura se trocará en bienestar, pues tú preservaste mi alma de la fosa de la nada, porque te echaste a la espalda todos mis pecados. (Isaías 38, 17)

  • He aquí mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido en quien se complace mi alma. He puesto mi espíritu sobre él: dictará ley a las naciones. (Isaías 42, 1)

  • Por las fatigas de su alma, verá luz, se saciará. Por su conocimiento justificará mi Siervo a muchos y las culpas de ellos él soportará. (Isaías 53, 11)

  • Aplicad el oído y acudid a mí, oíd y vivirá vuestra alma. Pues voy a firmar con vosotros una alianza eterna: las amorosas y files promesas hechas a David. (Isaías 55, 3)

  • repartes al hambriento tu pan, y al alma afligida dejas saciada, resplandecerá en las tinieblas tu luz, y lo oscuro de ti será como mediodía. (Isaías 58, 10)

  • Te guiará Yahveh de continuo, hartará en los sequedales tu alma, dará vigor a tus huesos, y serás como huerto regado, o como manantial cuyas aguas nunca faltan. (Isaías 58, 11)

  • «Con gozo me gozaré en Yahveh, exulta mi alma en mi Dios, porque me ha revestido de ropas de salvación, en manto de justicia me ha envuelto como el esposo se pone una diadema, como la novia se adorna con aderezos. (Isaías 61, 10)


“Devo fazer somente a vontade de Deus e, se lhe agrado, o restante não conta.” São Padre Pio de Pietrelcina