Found 178 Results for: Sión

  • Yahveh hizo patente nuestra justicia; venid y cantemos en Sión las obras de Yahveh nuestro Dios. (Jeremías 51, 10)

  • Y haré que Babilonia y todos los habitantes de Caldea paguen por todo el daño que hicieron en Sión, delante de vuestros ojos - oráculo de Yahveh -. (Jeremías 51, 24)

  • «Mi atropello y mis sufrimientos sobre Babilonia», dirá la población de Sión; y «mi sangre sobre los habitantes de Caldea», dirá Jerusalén. (Jeremías 51, 35)

  • Dálet. Las calzadas de Sión están de luto, que nadie viene a las solemnidades. Todas sus puertas desoladas, sus sacerdotes gimiendo, afligidas sus vírgenes, ¡y ella misma en amargura! (Lamentaciones 1, 4)

  • Vau. De la hija de Sión se ha ido todo su esplendor. Sus príncipes son como ciervos que no encuentran pasto, caminando van sin fuerzas delante del hostigador. (Lamentaciones 1, 6)

  • Pe. Tiende Sión sus manos: ¡no hay quien la consuele! Ha mandado Yahveh contra Jacob sus adversarios por doquier; Jerusalén se ha hecho cosa impura en medio de ellos. (Lamentaciones 1, 17)

  • Alef. ¡Cómo, ay, ha anublado, en su cólera, el Señor a la hija de Sión! ¡Del cielo a la tierra ha precipitado el esplendor de Israel, sin acordarse del estrado de sus pies, en el día de su cólera! (Lamentaciones 2, 1)

  • Dálet. Ha tensado su arco, igual que un enemigo, ha afirmado su diestra; como un adversario ha matado a todos los que eran encanto de los ojos; en la tienda de la hija de Sión ha vertido su furor como fuego. (Lamentaciones 2, 4)

  • Vau. Ha forzado, como a un huerto, su cerca, ha derruido su lugar de reunión. Ha hecho olvidar Yahveh en Sión solemnidades y sábados; ha desechado en el ardor de su cólera a rey y sacerdote. (Lamentaciones 2, 6)

  • Jet. Yahveh decidió destruir la muralla de la hija de Sión. Tiró el cordel, y no retrajo su mano de arrasar; ha envuelto en luto antemural y muro, que a la vez se desmoronan. (Lamentaciones 2, 8)

  • Yod. En tierra están sentados, en silencio, los ancianos de la hija de Sión; se han echado polvo en su cabeza, se han ceñido de sayal. Inclinan su cabeza hasta la tierra las vírgenes de Jerusalén. (Lamentaciones 2, 10)

  • Mem. ¿A quién te compararé? ¿A quién te asemejaré, hija de Jerusalén? ¿Quién te podrá salvar y consolar, virgen, hija de Sión? Grande como el mar es tu quebranto: ¿quién te podrá curar? (Lamentaciones 2, 13)


“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina